No hay plan más castizo en Madrid que la hora del vermut, y el Teatro Flamenco Madrid, situado en pleno barrio de Malasaña, se apunta a la tradición añadiéndole una buena dosis de arte. Para ello, cuenta con una maestra de ceremonias de excepción, la cantautora flamenca Maui, que cocinará un potaje gitano, cantándole, como manda la tradición de Utrera.
Maui no estará sola en el escenario, le acompañarán artistas reconocidos y buenos amigos suyos; grandes sorpresas que aseguran una buena reunión en torno a una olla de potaje y muchas risas. Un combinado de música, vermut, amigos, buen ambiente y un platito del guiso cocinado, mano a mano, con el chef Manuel Urbano, del Restaurante La Malaje, y que la artista compartirá con los que se quieran apuntar a este plan que asegura unos domingos únicos en Madrid.
No hay plan más castizo en Madrid que la hora del vermut, y el Teatro Flamenco Madrid, situado en pleno barrio de Malasaña, se apunta a la tradición añadiéndole una buena dosis de arte. Para ello, cuenta con una maestra de ceremonias de excepción, la cantautora flamenca Maui, que cocinará un potaje gitano, cantándole, como manda la tradición de Utrera.
Maui no estará sola en el escenario, le acompañarán artistas reconocidos y buenos amigos suyos; grandes sorpresas que aseguran una buena reunión en torno a una olla de potaje y muchas risas. Un combinado de música, vermut, amigos, buen ambiente y un platito del guiso cocinado, mano a mano, con el chef Manuel Urbano, del Restaurante La Malaje, y que la artista compartirá con los que se quieran apuntar a este plan que asegura unos domingos únicos en Madrid.
Elenco
Maui de Utrera
“La mesa de la cocina de casa fue mi primer escenario; sobre ella coseché grandes éxitos: la sonrisa de mi abuela, el aplauso de los vecinos, la admiración del niño del 2ºB… Empecé a escribir canciones sin darme mucha cuenta. Calculo que tendría unos trece o catorce años cuando hice los primeros intentos de rimas. Fue en la misma época, cuando descubrí que había vida más allá del flamenco y me pasaba horas con mi walkman y mis cascos escuchando a los Beatles, Pata Negra, o Rostropovich. No tardé en entusiasmarme con el piano (tendría unos cinco añitos cuando Madre Luján empezó a enseñarme a solfear) y después con la guitarra de mi padre -la cogía a escondidas- y hasta los 18 años no descubrí el violonchelo: fue un amor a primera vista que me enganchó a estudiar durante muchos años en el conservatorio.
Salí de Utrera para crecer, y aparecí un buen día por Granada para quedarme finalmente 12 maravillosos años. Allí, allá por el 2002, en el Albaicín, nació Maui y los Sirénidos; un proyecto que empecé con la ilusión y la ingenuidad que me embriagaban a aquella edad.
“La mesa de la cocina de casa fue mi primer escenario; sobre ella coseché grandes éxitos: la sonrisa de mi abuela, el aplauso de los vecinos, la admiración del niño del 2ºB… Empecé a escribir canciones sin darme mucha cuenta. Calculo que tendría unos trece o catorce años cuando hice los primeros intentos de rimas. Fue en la misma época, cuando descubrí que había vida más allá del flamenco y me pasaba horas con mi walkman y mis cascos escuchando a los Beatles, Pata Negra, o Rostropovich. No tardé en entusiasmarme con el piano (tendría unos cinco añitos cuando Madre Luján empezó a enseñarme a solfear) y después con la guitarra de mi padre -la cogía a escondidas- y hasta los 18 años no descubrí el violonchelo: fue un amor a primera vista que me enganchó a estudiar durante muchos años en el conservatorio.
Salí de Utrera para crecer, y aparecí un buen día por Granada para quedarme finalmente 12 maravillosos años. Allí, allá por el 2002, en el Albaicín, nació Maui y los Sirénidos; un proyecto que empecé con la ilusión y la ingenuidad que me embriagaban a aquella edad.
Después de tres discos junto a mis Sirénidos, muchos batacazos y algunas alegrías, en septiembre de 2013 decidí caminar solita. Hice la maleta y me transladé a Madrid para experimentar el vértigo que supone entregarse de lleno a esta aventura, para crecer, para soñar en voz alta. De esta experiencia nace ‘Viaje Interior’, mi primer disco en solitario. Ahora ya nadie puede quitarme lo bailado y a veces floto por las calles de Malasaña, creo que por exceso de felicidad. Así nació mi “Por Arte de Magia”, un ramillete de temas frescos, sin trucos ni varita mágica, y de historias cotidianas tejidas con un lenguaje sencillo y cautivador.
Maui.
Localización
Calle del Pez 10, 28004 Madrid (Teatro Alfil)
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